TRIDUO en Preparación al Cumpleaños de la Virgen María
Rezaremos las siguientes oraciones el 2, 3 y 4 de agosto, preparándonos para celebrar el día 5 de agosto el cumpleaños de nuestra Madre del Cielo.
A n g e l u s
V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría - Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mi según tu palabra.
Avemaría
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Consagración al Inmaculado Corazón de la Virgen María
(San Juan Eudes fundador de la Congregación de Jesús y María)
Amabilísima y admirabilísima Virgen María, Madre de mi Salvador Jesucristo y Madre mía, postrado a vuestros pies, uniéndome humildemente a todos los actos de devoción y amor de todos los corazones que os aman en el Cielo y en la tierra, os saludo, Madre queridísima, os venero y os elijo hoy por Soberana mía y Reina de mi corazón, la guía de mi vida, mi Protectora, mi Abogada y refugio mío en todas mis necesidades espirituales y corporales.
Yo os ofrezco y consagro mi alma, mi corazón, mi cuerpo y todo lo que me pertenece. Deseo también que todos mis pensamientos, palabras, acciones, todos los alientos de mi respiración y latidos de mi corazón, sean, en el presente y en el futuro, otros tantos actos de alabanza a la Santísima Trinidad por todos los privilegios y gracias incomparables que os ha concedido.
¡Oh Virgen amabilísima!, entrego confiadamente a vuestras manos maternales todos mis deseos, propósitos y anhelos, y no quiero jamás aspirar a algo más allá de lo que sea conforme a la voluntad de Vuestro Divino Hijo y la Vuestra.
Aceptadme, os lo ruego, queridísima Madre, entre vuestros hijos predilectos y en el número de los servidores escogidos, privilegiados de poder colaborar en la preparación del triunfo de Vuestro Corazón Inmaculado. Consideradme y tratadme enteramente como posesión vuestra.
Disponed de mí y conducidme siempre y en todo lugar, no según mis propias inclinaciones y deseos, sino según vuestro beneplácito.
Yo, por mi parte, torno hoy la firme resolución de observar fielmente los mandamientos de Vuestro Divino Hijo Jesús, de seguir vuestras maternales exhortaciones, oh Reina del Santo Rosario, de amaros tiernamente y de consolaros. Quiero también, en cuanto me sea posible, por mis oraciones y sacrificios llevar a muchas otras almas a hacer lo mismo.
Sobre todo, quiero venerar con especial devoción vuestro Purísimo Corazón, ardiente de caridad y, con vuestra poderosa asistencia, oh Mediadora de Todas las Gracias, tratar de imitar tanto como pueda las sublimes virtudes que os adornaban aquí en la tierra.
¡Oh, Reina de mi corazón!, que por el misterioso obrar del Espíritu Santo en vuestra alma santísima habéis sido transformada en un verdadero Espejo de la Justicia de Jesús, vuestro Divino Hijo; imprimid en mi corazón, os lo ruego, una imagen perfecta de las virtudes del vuestro, a fin de que el mío sea un retrato vivo del vuestro Inmaculado.
Oh Virgen Gloriosa, vuestro Purísimo Corazón ha estado durante su existencia terrenal entrañablemente unida al Divino Corazón de vuestro Hijo, compartiendo plenamente sus nobilísimos sentimientos y espíritu de sacrificio; y ahora, elevado a la Bienaventuranza del Cielo, está perennemente unido a Él de modo inigualable, en la más sublime felicidad. Por ello os ruego, oh Madre de Dios, unid mi pobre corazón de tal manera al de mi Jesús que no abrigue otros sentimientos y deseos que los vuestros, y que no obre nunca sino lo que sea más agradable a Su Sacratísimo Corazón y a vuestro Dulcísimo Corazón Inmaculado, oh Madre Benignísima. Amén
Cruzadas de Oración (115, 74, 138 y 144)
Cruzada de Oración No. 115 Para el Don de Conversión
Oh, Madre de la Salvación, cubre mi alma con tus lágrimas de Salvación. Líbrame de dudas. Levanta mi corazón, para que sienta la Presencia de tu Hijo. Tráeme paz y consuelo. Ruega para que verdaderamente yo sea convertido. Ayúdame a aceptar la Verdad y a abrir mi corazón para recibir la Misericordia de tu Hijo, Jesucristo. Amén.
Cruzada de Oración 74 - Por el Don del discernimiento
Oh Madre de Dios, ayúdame a preparar mi alma para el Don del Espíritu Santo.
Llévame de la mano como a un niño, y condúceme en el camino hacia el Don de Discernimiento, por el poder del Espíritu Santo.
Abre mi corazón y enséñame a entregarme en cuerpo, mente y alma.
Libérame del pecado del orgullo y ruega para que yo sea perdonado de todos los pecados pasados, para que así mi alma sea purificada y que yo sea sanado, para que pueda recibir el Don del Espíritu Santo.
Te doy gracias, Madre de la Salvación, por tu intercesión, y con amor en mi corazón espero por este Don, el cual anhelo con alegría. Amén.
Cruzada de Oración 74 - Por el Don del discernimiento
Oh Madre de Dios, ayúdame a preparar mi alma para el Don del Espíritu Santo.
Llévame de la mano como a un niño, y condúceme en el camino hacia el Don de Discernimiento, por el poder del Espíritu Santo.
Abre mi corazón y enséñame a entregarme en cuerpo, mente y alma.
Libérame del pecado del orgullo y ruega para que yo sea perdonado de todos los pecados pasados, para que así mi alma sea purificada y que yo sea sanado, para que pueda recibir el Don del Espíritu Santo.
Te doy gracias, Madre de la Salvación, por tu intercesión, y con amor en mi corazón espero por este Don, el cual anhelo con alegría. Amén.
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Oh, Madre de la Salvación, protégeme contra todo tipo de odio.
Ayúdame a permanecer en silencio, cuando sea confrontado por el odio.
Mantenme fuerte en mi lealtad a Jesucristo, cuando me encuentre más débil.
Sella mis labios.
Ayúdame a darle la espalda a aquellos que me involucren con palabras, las cuales nieguen las Enseñanzas de tu Hijo, o a los que se mofan de mí por mi fe.
Ruega por estas almas, querida Madre, para que así ellas renuncien a Satanás y sientan la paz de tu amor y el Reinado del Espíritu Santo, dentro de sus almas. Amén.
Cruzada de Oración No. 144 Oración para proteger la Fe Cristiana
Oh Madre de la Salvación, por favor intercede en nombre de las almas de los Cristianos de todo el mundo.
Por favor ayúdales a preservar su fe y a permanecer fieles a las Enseñanzas de Jesucristo.
Ruega para que ellos tengan la fuerza de mente y espíritu para defender su fe en todo momento.
Intercede, querida Madre, a su favor, para que se abran sus ojos a la Verdad y para que se les dé la Gracia de discernir en toda doctrina falsa, presentada a ellos en el Nombre de tu Hijo.
Ayúdales a que permanezcan verdaderos y fieles servidores de Dios y a que renuncien al mal y a las mentiras, incluso si tienen que sufrir el dolor y el ridículo por ello.
Oh Madre de la Salvación, protege a todos tus hijos y ruega para que cada Cristiano quiera seguir el camino del Señor hasta su último aliento. Amén