31 may 2011 Las profecías de Garabandal ahora serán una realidad
Martes 31 de mayo de 2011 a las 15:30 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, hemos caminado un largo camino en tan corto tiempo. Eso fue por una razón. Porque fue todo el tiempo necesario para impartir Mi Santísima Palabra a un mundo hambriento de Mi amor. Todavía no escuchan. Porque no quieren saber. Mientras que muchos de Mis leales seguidores están alerta ahora, a los cambios venideros, tantos no tienen interés, para nada, en los avisos dados al mundo por Mi amada Madre hasta ahora. Las profecías dadas en Garabandal serán ahora una realidad.
Prepárense ya para este acontecimiento, ya que solamente les quedan unos cuantos meses para preparar sus almas.
Por favor no temas, hija Mía, porque sé que estos acontecimientos te han entristecido, porque estás pensando en el futuro de tus hijos. El Aviso cambiará todo. Pero presentará una bifurcación en el camino. La humanidad, cuando haya sido despertada a la Verdad de la Existencia de Dios, elegirá entonces, a través de su libre albedrío, uno de dos caminos. El camino de la salvación. O el camino de la condenación.
El Castigo eliminará gran parte del mundo
Recen mucho para que el hombre elija lo primero. Porque si no lo hace, el mundo sufrirá el más severo castigo, con mucho de él eliminado. ¿Por qué Mis hijos desearían esto? Sin embargo, debido al pecado, el hombre tristemente elegirá ignorar Mi promesa y seguir el camino del engañador. Les he dicho que no les daré la fecha del Aviso, porque esta es conocida solo por unas cuantas almas elegidas. Porque si la fecha fuera a hacerse pública, la gente estaría tentada a buscar la redención por un sentimiento de falsa humildad. Confíen en Mí. Todo estará bien, hijos. Ustedes son bendecidos de que se les haya dado este maravilloso regalo de Revelación. El mundo ahora parecerá estar más callado y un tanto extraño en los meses venideros que conducen al Aviso. Porque cuando suceda, aunque será espectacular visualmente en el cielo, tan tranquila será esta experiencia mística, que ustedes estarán más preparados para este silencioso encuentro con su propia conciencia.
Recuerden que entre más gente sea advertida sobre este acontecimiento, más almas serán salvadas. Recen, recen Mi Divina Misericordia por aquellas almas que morirán durante el Aviso. Ellas necesitan de sus oraciones.
Su amoroso Salvador
Jesucristo