30 oct 2013 Una vez que el Espíritu Santo envuelve un alma, ella se elevará, será atraída inmediatamente hacia la Voluntad de Mi Padre y responderá en total rendición
Miércoles 30 de octubre de 2013 a las 18:00 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, cuando Mi Espíritu Santo desciende sobre una persona, una serie de cosas suceden. La primera es una sensación de perplejidad e incredulidad. La segunda es el sentimiento de ser abrumado por algo tan poderoso que vuelve a la persona completamente dependiente de la Santa Voluntad de Dios. Habrá desaparecido la creencia en el propio intelecto humano superior, ya que el intelecto ya no tendrá más ningún papel significativo qué desempeñar. En cambio, el alma será infundida con conocimiento, una visión y un entendimiento que está más allá de su propia frágil interpretación humana.
Una vez que el Espíritu Santo envuelve un alma, ella se elevará, será atraída inmediatamente hacia la Voluntad de Mi Padre y responderá en total rendición. Una vez que el temor inicial haya disminuido, una profunda paz será sentida y el temor de la persona de ser visto proclamar la Palabra de Dios desaparecerá. No les importará cuáles son los puntos de vista de las personas, ya que de sus bocas se derramará la Verdad. La personalidad del alma, ya sea que sean extrovertidas, tímidas o cohibidas, tomará un segundo plano y se volverá secundaria a la manera en la que proclamen la Palabra de Dios.
Todas las almas, que reciben el Don del Espíritu Santo -sin ninguna excepción- entregarán su propio libre albedrío a la Voluntad de Mi Padre. Para las almas que verdaderamente han sido bendecidas con el Don del Espíritu Santo, su labor será difundir la Palabra de Dios y por esto, ellas sufrirán. El Manto/La Protección del Amor de Dios, sin embargo, cubre este tipo de almas mientras marchan adelante sin miedo y con valentía para proclamar la Verdad. A aquellos que proclaman la Verdad de Mis Enseñanzas en estos tiempos de paganismo, y cuando Mi Iglesia se aleje de la Verdadera Fe, se les dará fortaleza adicional para asegurar que Mi Voz sea escuchada. Esa fortaleza vendrá de Dios, Mi amado Padre. Será por el Poder de la Fortaleza de Dios que muchos del ejército de Satanás se convertirán, mientras que el resto será destruido.
El Espíritu Santo, como espadas de llamas ardientes, atravesarán/ traspasarán los corazones de todos aquellos que escuchen y que acepten la Verdad.
Su Jesús