3 may 2014 Pedid y recibiréis, no es una promesa vana la que hago

30.01.2015 16:48

Sábado 3 de mayo de 2014 a las 15:50 hrs.

 

Mi muy querida bienamada hija, cuando le pido a la gente que confíe en Mí, esto es una cosa muy difícil de hacer, para muchas personas. A muchos les resulta difícil confiar en Mi Amor por la humanidad, si confían en su propia fe, para entregarse completamente a Mí. Solamente cuando ustedes mismos se entreguen completamente a Mi Cuidado podrán sentirse seguros, protegidos y en paz.

Mi Amor, cuando es buscado por ustedes, los cubrirá si ustedes extienden sus brazos y me llaman, como lo hace un niño pequeño. Los niños ponen toda su confianza en su padres, cuando son pequeños. Ellos solo conocen la diferencia entre lo que sienten que es correcto y lo que sienten que es erróneo, y así ellos dependen de un adulto para que los proteja. Los niños no lo piensan dos veces, para correr hacia los padres por consuelo y buscando refugio. La fe de un niño es fuerte. Él no pregunta, porque él cree verdaderamente, que se encontrará a salvo en los brazos de sus amorosos padres.

Yo soy de confiar, porque todo lo que se me pide será hecho, si es para bien del alma. Pidan y recibirán, no es una promesa vana la que hago. Disfruto el acto de prodigar Mis Dones sobre cada uno de ustedes. Cuando ustedes me piden que los ayude, Yo escucho, siento y respondo a todo lo que desean. Denme la oportunidad de demostrar Mi Amor por cada uno de ustedes. Dejen que les muestre la prueba de Mi Intervención.

Es en este momento de la existencia que Yo, Jesucristo, daré a conocer Mi Presencia en todo lo que me pidan. Es en este momento en el que Yo los haré capaces de sentir Mi Presencia, de presenciar Mis Grandes Actos de Intervención en sus vidas diarias, y de entender el poder de sus oraciones. Porque estos son los días de los grandes milagros que Yo lego a la humanidad, más que en cualquier otro tiempo, desde que Yo caminé/anduve en la Tierra.

Cuando ustedes verdaderamente depositen toda su confianza en Mí, Yo obraré grandes milagros para traerles, no solo alivio a sus sufrimientos, sino para acercarlos cada vez más a Mi Sagrado Corazón. Cuando un niño sabe que su padre lo ama, se siente seguro, sabiendo que es protegido. Sepan que al confiar en Mí, Yo los protejo a todos e inundaré cada una de sus almas con un profundo sentimiento de paz, lo cual ustedes no encontrarán en ningún otro lugar en esta tierra.

Vengan a Mí hoy y llámenme para que Yo los ayude – sin importar cuántos temores puedan tener. Reciten esta Oración especial, cada vez que estén en apuros, y Yo responderé en todo momento:

Cruzada de Oración (148) Ven en mi ayuda.

Oh, mi Jesús, ayúdame en mis momentos de gran aflicción. Tómame en Tus Brazos y llévame al Refugio de tu Corazón. Enjuga mis lágrimas. Calma mis decisiones. Levanta mi espíritu y lléname de Tu Paz. Por favor, concédeme esta petición especial (mencionarla aquí...) Ven en mi ayuda, para que mi petición sea contestada, y que mi vida pueda volver a estar en paz y en unión Contigo, querido Señor. Si mi petición no puede ser concedida, lléname entonces con las Gracias para aceptar que Tu Santa Voluntad es por el bien de mi alma y que yo permanezca fiel a Tu Palabra, por siempre, con un cálido y agradecido corazón. Amén.

Llámenme siempre, cuando estén afligidos o cuando necesiten ayuda y Yo les prometo que les será dada una señal de que Yo he respondido a su ruego hacia Mí, su bienamado Salvador.

Su Jesús