26 ago 2013 Los fariseos azotaron y asesinaron a muchos antes de finalmente crucificarme

08.09.2013 00:15

Lunes 26 de agosto de 2013 a las 20:20 hrs.

 

Mi amadísima hija, antes de que fuera crucificado, muchas mentiras llenas de odio fueron creadas acerca de Mí por Mis enemigos. Hubo reuniones celebradas por los fariseos, muchas veces, para decidir qué hacer respecto a Mí. No aceptaban, ni por un minuto, que Yo había sido enviado por Dios para salvar a la humanidad. Cómo me odiaron. Cómo gritaron y atormentaron a aquellos discípulos Míos, que fueron capturados por ellos.

 

Los fariseos azotaron y asesinaron a muchos antes de finalmente crucificarme. Su salvajismo y su maldad estaban en contra de la Enseñanza de Dios y la Santísima Biblia. Esto no los desalentó, mientras me persiguieron. Predicaban la Palabra de Dios y luego desafiaban la Palabra de Dios – todo al mismo tiempo. No solo me condenaron, sino que declararon que Dios nunca enviaría a un Mesías de este tipo. Menospreciaban a la gente humilde y pobre y a aquellos que consideraban que eran teológicamente ignorantes. Su odio por Mí asustó a muchas pobres almas, que asistían a los templos. Aquellos que les preguntaban por qué ellos, los fariseos, me condenaron, fueron ellos mismos condenados, por atreverse a cuestionar sus razones para rechazarme.

 

Hubo muchos falsos profetas predicando, mientras Yo caminaba la Tierra y se me consideraba estar loco y no ser tolerado. Muchos de estos falsos profetas citaban del Libro del Génesis y hacían afirmaciones ridículas, que eran ofensivas a Dios, sin embargo eran toleradas y les era dada poca atención.

 

Aunque los milagros, los que realicé, fueron presenciados, ellos todavía no abrían sus ojos a la Verdad, porque no querían ver. Los sacerdotes de entonces ofrecieron muchos discursos públicos, que me condenaban como siendo el hijo de Satanás y advirtieron a aquellos que fueron vistos asociarse Conmigo que ellos serían expulsados de los templos. Me rechazaron porque no podían aceptar Mi origen humilde y porque no era educado a sus altas expectativas. Por lo tanto, concluyeron, Yo no podía posiblemente ser el Mesías. Pensaron que el Mesías vendría de dentro de sus propias filas. Y en consecuencia, detestaban todo sobre Mí. Se sintieron amenazados por Mis Palabras, las que a pesar de su rechazo a Mí, los tocaban de alguna manera, que ellos no comprendían.

 

No estaban preparados para Mi Primera Venida. Ciertamente ellos no están preparados para Mi Segunda Venida, hoy. Cualquiera que se atreva a decir que es un profeta, enviado para advertir a los hijos de Dios de la Segunda Venida, será tolerado, una vez que no revele la Verdad. Pero cuando un verdadero profeta se revele a sí mismo y hable la Palabra de Dios, él o ella serán odiados y condenados públicamente. Cuando veáis condenación rotunda, basada en la ignorancia de las Promesas hechas por Mí, de venir otra vez, y cuando el odio sea tan despiadado que los perpetradores quebranten la Palabra de Dios, sabréis entonces que es a Mí al que odian. Solo yo puedo atraer tal odio entre los pecadores. Solo Mi Voz suscita tal oposición.

 

Si fuera a caminar sobre la Tierra, en este momento, me crucificarían otra vez. Aquellos que afirman amarme y quienes guían a Mis discípulos en la Iglesia cristiana serán, tristemente, los primeros en clavar el primer clavo en Mi Carne.

 

Recordad, ninguno de vosotros es digno de ponerse ante Mí. Ninguno de vosotros tiene la autoridad para condenar públicamente Mi Palabra, cuando no me conocéis. Vosotros, quienes me condenáis, mientras trato de cumplir la Alianza Final de Mi Padre, no tenéis vergüenza. Vuestro orgullo me indigna. Habéis condenado vuestra propia alma, a Mis Ojos. No habéis aprendido nada sobre Mí. No creéis en la Sagrada Escritura porque negáis que Mi Segunda Venida se llevará a cabo.

 

Se os pedirá contar las almas que me habéis perdido, en el último día. En ese día, mientras gritáis por Mi Misericordia, seréis incapaces de mirarme a los Ojos.

 

Vuestro Jesús