23 may 2012 Dios Padre: El sufrimiento del mundo se ha unido al sufrimiento de Mi Hijo Jesús en estos tiempos
Miércoles, 23 de mayo del 2012, a las 15:38 hrs.
Mi muy querida hija, explica a todos Mis hijos el amor y protección que Yo ofrezco a quien Me llame.
Mi Santa Palabra en la tierra está siendo finalmente oída y muchas almas están preparadas para dar el mayor salto en la fe y abrazar la Divina Misericordia de Mi Hijo Jesucristo.
Ellos no saben que entrar en el nuevo Paraíso, la nueva Era de Paz, no es sino una cosa sencilla.
En primer lugar, daos cuenta y aceptad que sois hijos Míos.
Reconoced que Yo os creé a todos vosotros, que ninguno ha sido un accidente, y que sois Mis hijos. Mi familia. Mis seres queridos.
La ternura de Mi Corazón está llena de amor por cada uno de vosotros.
Muchos piensan que, porque Yo Soy, el alfa y el omega, el principio y el fin, Mi poder Me hace sentirme orgulloso.
Esto, por supuesto, nunca podría ser así.
¿Cómo podría estar el amor auténtico de un padre por su hijo oscurecido por el orgullo?
Yo sufro por cada uno de vosotros. Yo lloro por aquéllos que están perdidos para Mí. Yo usaré todo Mi poder para traer a Mis hijos perdidos de vuelta a Mi Familia, a Mi Reino.
Imaginad a un padre que es rechazado por sus hijos. El dolor que siento no es por Mí, su Padre, sino por ellos y el tormento que sufrirán si Yo no puedo salvarles.
El sufrimiento del mundo se ha unido al sufrimiento de Mi Hijo Jesús en estos tiempos.
¿Por qué hago Yo esto? ¿Por qué permito el sufrimiento? Es debido al pecado.
Los pecadores que no quieran venir a Mí voluntariamente sólo podrán ser salvados por medio del sufrimiento de los demás.
Aquéllos que sufran en esta vida serán recompensados con Mis dones en la próxima vida.
La ayuda que Me ofrecen libremente esos hijos que Me aman es un arma poderosa contra el poder que se le concedió a Satanás.
Los que luchen junto a Mi Hijo para salvar las almas de los demás pueden salvar a la humanidad entera.
Satanás tiene poder, pero sólo el que se le concedió, un poder que no le podrá ser arrebatado hasta el Día del Juicio.
Muchos de vosotros, queridos hijos, no entendéis las leyes divinas que permiten estas cosas. Pero confiad en Mí cuando os revelo esto.
Satanás robará las almas de aquéllos de Mis hijos que no creen en Mí o en la bondad con que Yo les proveo.
Él se vuelve impotente cuando los pecadores hacen sacrificios, por medio del sufrimiento, para salvar a sus hermanos y hermanas de ir al Infierno.
Él pierde su poder cuando Mis hijos rezan para que esos pecadores sean salvados.
La oración es la armadura de Mis hijos que quieren ayudarme a salvar a la humanidad entera.
Hijos Míos, reuníos con Mi Hijo y ayudadme a unir finalmente a Mi familia.
Ayudadme a traeros a todos a la nueva y maravillosa Era de Paz.
Sólo entonces podrá hacerse Mi voluntad así en la tierra como en el Cielo.
Id, hijos. Uníos en oración.
Trabajad conmigo, vuestro Padre, para ayudarme a salvar a Mi familia.
Vuestro amado Padre
Dios el Altísimo