23 jun 2013 La Verdad los liberará. Las mentiras los destruirán

01.07.2013 15:29

Mi muy querida bienamada hija, cómo se rompe Mi Corazón por el sufrimiento de Mis pobres amados siervos, que ahora comienzan a ver la confusión que está siendo presentada dentro de Mi Iglesia. A ellos, digo esto: Permanezcan/quédense y hagan lo que deben hacer para servirme, bajo el techo de Mi Iglesia. Permanezcan firmes en Mis Enseñanzas. No acepten nuevas y las así llamadas explicaciones teológicas, de Quién Soy Yo, lo que hice por la humanidad o de cómo regresaré a reclamar a todos los hijos de Dios que acepten Mi Misericordia. Confíen solo en Mi Santa Palabra, dada a ustedes a través de Mis apóstoles y en la Santísima Biblia. Cualquier cosa, que difiera de los Santos Sacramentos o de lo que se les ha dicho acerca de la necesidad de redención - no la acepten.

Yo Soy la Verdad. Se les ha dado la Verdad. Solo la Verdad puede salvar sus almas de la condenación. La Verdad los liberará. Las mentiras los destruirán. Prometo solemnemente a cada uno de ustedes, Mis preciados siervos consagrados, extraordinarias Gracias, con el fin de perseverar frente a la persecución, ya que  su fe será probada hasta los límites, si recitan esta oración:

Cruzada de Oración (110) Para que los sacerdotes permanezcan fieles a Tu Santa Palabra

Oh mi queridísimo Jesús, te suplico que me mantengas fuerte y valiente, para que pueda defender la Verdad en Tu Santísimo Nombre.

Dame la Gracia que necesito, lo imploro - para dar testimonio de Tu Santa Palabra en todo momento.

Permíteme resistir las presiones para promover falsedades, cuando sé en mi corazón que te ofenden.

Ayúdame a permanecer fiel a Tu Santa Palabra, hasta el día que muera. Amén.

A Mis siervos consagrados, tengo una palabra más de advertencia que darles.

Deben defender el Don de la Reconciliación (Sacramento de la confesión) y reconocer que solo aquellos que buscan el remordimiento/ arrepentimiento por sus pecados y me aceptan a Mí, Jesucristo, como la llave para su salvación, se me unirán en el Paraíso.

Su Jesús