19 sep 2011 El Acontecimiento más importante desde Mi Resurrección
Lunes 19 de Septiembre de 2011 a las 20:15 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, es Mi intención llevar a todo hombre, mujer y niño a Mi Nuevo Paraíso sobre la Tierra, porque si se quedara atrás una sola alma, Mi corazón se rompería. Por eso ha aumentado el número de mensajeros que ahora envío al mundo. Es así para que puedan extender Mi Santa Palabra y alentar a la conversión.
No envío mensajeros para asustar a Mis hijos. En lugar de eso, la labor de Mis mensajeros es preparar a cada persona de este Mundo, para que estén preparados y sean dignos de vivir en este Nuevo Paraíso.
Hijos Míos, los tiempos en los que están viviendo no son agradables.
Se han quebrantado la ley y el orden. La codicia ha significado que su estabilidad económica les ha sido arrebatada. La autoglorificación y la obsesión por la ambición ha significado que su Fe les ha sido también arrebatada.
Como un hogar en donde no hay control de los padres.
Ustedes, hijos Míos, se asemejan a una casa en donde no hay control de mamá y papá. Ustedes como los niños mimados, proveídos de todas las comodidades materiales que se les antojan, sin haberlas ganado con su esfuerzo. Se les proporciona comida por la que no han tenido que esforzarse. Todo lo que no los satisface lo reemplazarán por otra novedad, por otra cosa que los deslumbra. Sin embargo, nada satisface por mucho tiempo. Luego, surgen peleas entre los niños, cada uno busca controlar a los otros para imponer su propia voluntad. Los enfrentamientos físicos pueden surgir entonces. Pero ninguno está a cargo y por eso se hieren unos a otros, a veces con graves consecuencias.
Así es como veo Yo el mundo. Mis hijos son infelices porque les falta consuelo espiritual, pero se rehúsan a ser guiados por Mi Iglesia. Hoy en día, Mi Iglesia no puede controlar a una población tan obstinada, que no considera la devoción hacia Mí tan estimulante como las comodidades de la carne.
La guerra destruye a la humanidad y la decadencia espiritual ha creado un vacío en el mundo, que muchos de ustedes, ya sienten el efecto en sus corazones. Nada es como parece. La gloria material reluce en el exterior y atrae a aquellos que anhelan comodidades, pero detrás de esto no hay más que tinieblas.
Yo soy la Luz que falta en sus solitarias, confundidas y un tanto atemorizantes vidas. Por esto es que el momento para que Yo intervenga y asuma la dirección, está próximo. Ustedes, hijos Míos, tienen que dar la bienvenida y prepararse para Mi Gran Misericordia.
Tienen que rezar por sus hermanos y hermanas y esperar Mi intervención con los brazos abiertos. Sean positivos. Llénense de esperanza, confíen en que, incluso los pecadores más empedernidos, serán aliviados con la llegada de este Gran Acontecimiento, el más importante desde Mi Resurrección.
Su amado Salvador
Jesucristo