18 jun 2012 A ningún profeta se le han dado mensajes de Mi Bienamada Madre y de la Santísima Trinidad en tal abundancia.

06.04.2015 20:31

Lunes 18 de junio de 2012 a las 20:36 hrs.

 

Mi muy querida bienamada hija, no debes permitir que el cruel rechazo de Mi Santos Mensajes por aquellos seguidores Míos, que tú sabes que son especialmente devotos a Mi Santa Voluntad, te distraigan. 

Cuenta con que este tipo de rechazo aumente en intensidad, mientras que, Mi Palabra será hecha pedazos y descartada como si no fuera nada. 

El dolor del rechazo que sientes es Mi dolor. La humillación y el ridículo infligido sobre ti, es Mi persecución. En vez de permitir que tal desaprobación te hiera, debes aceptarla en silencio. 

Sé alegre en medio de tus lágrimas porque tú sabes ahora, que Yo he sido siempre rechazado, incluso por Mis propios discípulos. 

Si vas a permitir que el rechazo de Mi Palabra te demore en difundir Mis mensajes, entonces menos almas serán salvadas. 

Siempre recuerda que Mi mayor deseo es salvar almas. 

Mi misión no debe ser mancillada por la opinión humana diseñada para desautorizarte. 

Las Palabras que te doy esta noche no son para proporcionar consuelo, sino para enfatizar la urgencia de Mis advertencias al mundo. 

Muchos de los mensajeros de Dios han venido antes que tú, hija Mía, para preparar a la humanidad para Mi Segunda Venida. 

A ningún profeta se le han dado mensajes de Mi Bienamada Madre y de la Santísima Trinidad en tal abundancia. 

Solo estos mensajes pueden revelar los secretos de los tiempos por venir y ofrecer las bendiciones necesitadas por todos los hijos de Dios hasta el último día. 

Captad el Don de Mi Palabra dada a toda la humanidad para daros vida. 

Sin Mi ayuda encontraríais muy difícil soportar las pruebas que vienen más adelante. 

Todos Mis verdaderos mensajeros están preparando a los hijos de Dios para la Segunda Venida. 

Sabed que esto sucederá durante el tiempo de vida de esta generación. 

Tomad Mi Cáliz, bebed de él, dejarle llenaros con el Don del discernimiento para que podáis ayudarme a salvar almas. 

 

Vuestro Jesús