16 nov 2010 (2) Hagan todas sus dudas a un lado
Martes 16 de noviembre de 2010 a las 23:00 hrs.
Escribe esto, hija Mía. Las dudas que se arrastran en tu mente son de esperarse. Sí, estas siendo tentada a volver la cabeza, pero él, el engañador, nunca triunfará en separarte de Mí. Amada hija Mía, eres más fuerte de lo que piensas, porque muy pocas almas elegidas serían capaces de encargarse de esta importante y sagrada petición en la forma en que tú lo has hecho. Hay que tener valor para manejar la forma en la que me comunico contigo. Tú no huiste acobardándote de miedo. Supiste desde el principio que esta era una comunicación divina de la más alta y Sacratísima Jerarquía.
Vas a experimentar muy pronto una iluminación adicional que apartará todas tus dudas. Cuando esto pase, tu mente se abrirá más para recibir estas gracias especiales, que deben ser otorgadas para llenarte con el valor y la determinación necesarios para ayudar a llevar a cabo esta profecía.
Sí, hija Mía, para tu gran asombro tú eres la elegida para cumplir las profecías contenidas en el Libro de Juan para preparar a la humanidad para la purificación que pronto se desarrollará. Una vez que el temor, la indecisión y la incertidumbre te dejen, Mi amada hija, te levantarás y completarás esta tarea tan especial que te pido. Ahora haz como digo. Has de recitar Mi Divina Misericordia a las 3 en punto cada día para ayudar a salvar almas. Debes seguir rezando el Rosario dado al mundo por Mi preciosísima Madre, que ha de trabajar Conmigo para preparar Mi Segunda Venida a esta Tierra.
Muchas almas están perdidas para Mí ahora, y cada vez más y más se me están siendo arrebatadas diariamente por el maligno. Ellas no me pueden ser arrebatadas. Por favor ayúdame a salvar sus pobres almas. Deja todas tus dudas a un lado.
Simplemente recuerda tu tarea. Ayuda a abrir sus ojos para permitirles expiar sus culpas ante los ojos de Mi Padre Eterno. Si puedes tan solo seguir pensando en el resultado final, entenderás por qué esto es importante y por qué es un llamado hecho del puro amor que tengo por todos Mis hijos en Mi corazón.
Piensa en esto así. El amor de un padre entregado no conoce límites. Si un hijo se pierde y sigue el camino de la condenación, la pena y la angustia ocasionadas y sentidas por el padre es como una espada traspasando el corazón. Cualquier padre que ame a sus hijos se esforzará por luchar por ellos hasta el final. Nunca se rinde. Jamás. Así ocurre Conmigo. Haré todo lo que esté en Mi Divino Poder, sin interferir con el libre albedrío del hombre, para que sus corazones vuelvan de regreso a Mi Sagrado Corazón. Tú hija Mía, me ayudarás a hacer esto.
No tengo que recordarte la necesidad de obediencia y completo abandono a Mí. Esta es la llamada para la cual has sido elegida. Toma tu espada ahora. Tienes que luchar junto a tu Divino Salvador, en un último intento por conseguir la salvación de todos Mis hijos antes del Día del Juicio.
Ve ahora en paz y amor a recibir Mi Cuerpo hoy.
Tu amoroso Salvador
Jesucristo