10 ago 2011 (1) Recen por los que no pueden ver más allá de las ganancias materiales
Miércoles 10 de agosto de 2011 a las 00:05 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, debes perseverar en este sufrimiento, porque, haciendo esto, estás salvando almas. Tu sufrimiento ahora, revela la tortura que Yo padecí a manos de los pecados de los hombres.
La codicia del hombre está ahora aumentando a tal extensión, que la moral ya no aplica más en la sociedad de ustedes. El pecado de codicia del hombre, significa que a él no le importa quién sufre por sus manos, mientras que sus deseos sean satisfechos. Permítanme que les diga que aquellos que torturan a otros por la codicia y la avaricia, no escaparán a Mis ojos. Yo miro. Yo veo. Me estremezco cuando observo el feo camino que el hombre elige para rebajarse, con el fin de ganar riquezas a expensas de otros.
Ellos, hija Mía, serán despojados de los bienes materiales a menos que supliquen por Misericordia. Su dinero les será inútil. Porque el hombre que sucumbe torturando almas, para robar lo que pertenece legítimamente a sus hermanos y hermanas, sepa que será dejado sin nada más que cenizas. Recen por aquellos que no pueden ver más allá de las ganancias materiales, porque si no le vuelven la espalda a estos malos actos, serán desechados y no entrarán al Reino de Mi Padre.
Hagan mal a otros en este mundo y serán arrojados fuera y lanzados dentro de la madriguera de Satanás. Lo que puede parecer como su legítimo derecho a la riqueza, adquirida a expensas de otros, les traerá tormento eternamente.
Dejen caer sus armas de codicia y de insaciabilidad ahora. Busquen la salvación, porque cuando lo hagan, la paz regresará a la sociedad.
Su Salvador
Rey de Justicia, Jesucristo