04 sep 2012 Mi Nombre ya no es venerado. Mi Nombre es maldecido
Martes 4 de Septiembre, 2012 23:05 hrs.
Mi muy querida hija, el dolor del rechazo y el odio de la humanidad es sentido por mí a cada momento de cada día.
Nunca se puede aminorar. Mi crucifixión fué sólo el comienzo.
Esto pudo haber anunciado la salvación de la humanidad, pero Mi dolor continuará hasta que Satanás sea expulsado.
Mientras que él esté presente y reine sobre la tierra, lo cual hace él todavía en este momento, Mi dolor y tormento nunca se acaba.
El único alivio es la alegría que siento cuando veo el verdadero amor presente en el mundo de almas puras hacia los otros.
Éste es ese amor, el cual hace posible que se mantenga la Luz entre la noche y el día. Porque sin Mi Luz, la oscuridad prevalecería veinticuatro horas al día.
Imagínense si vosotros queréis Mi dolor.
Para aquéllos entre vosotros quienes sufren dolor y heridas por las manos de aquéllos que vos amáis, vosotros sabréis exactamente cómo es Mi dolor.
Cuando vosotros sois atormentados cruelmente, tanto mental como físicamente, por alguien que amáis, el dolor es más difícil de soportar.
Incluso si vosotros sabéis que la persona quien os persigue está en terrible oscuridad, eso no aliviará vuestro dolor. En todo caso, aumentará la intensidad y la gravedad de vuestro sufrimiento.
Esto se debe a que todavía vosotros os preocupan vuestros verdugos, pero vosotros sabéis que ellos sufren y no pueden ayudar en su comportamiento.
Tanta oscuridad está en ellos, que cuando vosotros intentáis explicarles lo que tienen qué hacer para deshacerse de su oscuridad, ellos no escucharán.
Ellos no quieren escuchar.
Tampoco quieren rejuvenecer su espíritu para ver la luz, el amor y la alegría que sentirían si sólo quisieran escucharos a vosotros, la única persona que realmente los ama a pesar de sus defectos (faltas), su única oportunidad, para rechazar esta peligrosa nube negra la cual cubre su espíritu, para dejarlos en libertad.
El dolor del rechazo es difícil para Mí, vuestro Salvador, el Hijo del Hombre.
Yo padecí un terrible sufrimiento físico, mucho del cual no se le dió al mundo con todos los detalles, tan horrible era la tortura, que yo no quería este tipo de compasión.
No, yo sólo buscaba vuestra lealtad, vuestra Fe, así como la alegría y el alivio de vuestro conocimiento al saber que fuisteis salvados de la condenación eterna.
Pero, verdaderamente la humanidad conoce el Regalo que les he dado en realidad?
Muchos van a Misa o reciben el vino en otras Iglesias Cristianas para honrar Mi Regalo, pero ellos no entienden lo que esto significa.
Me entregué por completo en Cuerpo, Mente y Alma. Cuando vosotros recibís la Comunión debéis consumir Mi Cuerpo completamente y no sólo decir que vosotros me honráis.
Porque sin Mi Cuerpo, Mi Presencia Real, Yo no puedo capturar vuestras almas. ¿No sabían esto?
Por qué rechazáis Mi Regalo genuino en la forma que fué explicado a Mis Apóstoles? Que la Eucaristía es en efecto Mi Cuerpo?
Noos podéis imaginar las gracias, que se han perdido para vosotros, vuestras familias y generaciones a causa de vuestra destitución (rechazo) del Poder de tal Regalo.
Mi dolor nunca se va. Lloro. Sufro. Lloro cuando soy testigo del pecado tan extendido en el mundo que Mi Nombre ya no es venerado. Mi nombre es maldecido. Siento un dolor intenso.
A tí, hija Mía, te ha sido entregado este mismo dolor para los últimos pocos meses. Permití este ataque de infiltración en tí por el maligno. Este sacrificio, ofrecido por tí para Mí, como un alma víctima, fué difícil, pero has aprendido una lección muy sencilla a través de esto:
Cuando tú eres la víctima de tal sufrimiento cruel a manos de los otros, en Mi Nombre, tú sientes el mismo dolor que Yo estoy sintiendo al mismo tiempo.
Nuestro dolor se entrelaza Mi hija en esta unión mística. Tú aceptaste Mi llamado para convertirte en un alma víctima voluntariamente, a sabiendas de las consecuencias, a pesar de lo aterrador que era, para salvar almas.
Ahora que tú traigas conversión, tú sabes que cuando el sufrimiento es requerido para que coincida con Mi propio sufrimiento, que es y puede ser muy traumático y doloroso.
Debido a tu naturaleza humana tú, de vez en cuando, tenderás a esforzarte y luchar contra el horror infligido a tí, especialmente cuando incluso cuando el dolor de los clavos, que se están clavando en tus muñecas, sería preferible al tormento que se te ha pedido soportar en Mi Nombre.
Mis Gracias te han ayudado en tu sumisión a estas solicitudes de sufrimiento. Ellas te concedieron una fortaleza, la cual te ha permitido incorporarte, ponerte de pie y alabar a Dios. Porque éstas son las gracias para ayudarte a aceptar el sufrimiento como Regalo a Dios para salvar almas en pecado mortal.
La próxima vez que alguien os atormente, os trate cruel y mentalmente abuse de vosotros, hijos, si podéis recordar esto, entonces os va a ayudar a superar vuestro dolor.
Decidme esta Cruzada de Oración (75) Yo asigno (te cedo) Mi Dolor a Tí querido Jesús
“Jesús yo asigno (te cedo) mi dolor y mi sufrimiento a lo que Tú sufriste durante Tu agonía en el Calvario.
Cada insulto que soporto, yo te lo ofrezco en sacrificio.
Cada abuso y ataque verbal que yo sufro, te lo ofrezco en honor a Tu Coronación de Espinas.
Cada crítica injusta hacia mí, te la ofrezco en honor a Tu humillación frente a Pilato.
Cada tormento físico que soporto por las manos de otros, te lo ofrezco en honor a Tu Flagelación en la columna.
Cada ofensa que sufro, te la ofrezco en honor de la terrible tortura corporal que sufriste durante la Coronación de Espinas cuando éstas te lisiaron Tu ojo.
Cada vez, cuando te imito, cuando transmito Tus enseñanzas y cuando se burlan de mí en Tu Nombre, permite que te ayude en el camino hacia el Calvario.
Ayúdame a librarme del orgullo, y a nunca tener miedo de admitir que te amo, querido Jesús.
Entonces, cuando todo parezca no tener esperanza en mi vida, querido Jesús, ayúdame a ser valiente, recordando cómo Tú voluntariamente permitiste ser crucificado de ese modo vil y cruel.
Ayúdame a levantarme y a ser considerado(a) como un verdadero Cristiano(a), un soldado fiel en Tu ejército, humilde y de corazón contrito, en memoria del Sacrificio que Tú hiciste por mí.
Toma mi mano, querido Jesús y enséñame cómo mi propio sufrimiento puede inspirar a otros a incorporarse en Tu ejército junto con almas simpatizantes que te aman.
Ayúdame a aceptar el sufrimiento y a ofrecértelo en sacrificio como un regalo, para salvar a las almas en la última batalla contra la tiranía del demonio. Amen.”
El sufrimiento hija Mía, por difícil que sea, es un Regalo, que Yo utilizo para entregarlo a aquéllos que confían en Mi corazón para que Yo pueda salvar almas.
Tú Mi hija has aliviado Mi sufrimiento en gran medida por tu respuesta. Esto tomará un poco de tiempo sin embargo, antes de que Yo esté libre de la Cruz.
Esto sólo puede suceder cuando Yo ponga a salvo a tantas almas como sea posible en la tierra hoy.
Vuestro Jesús