021 ago 2014 Madre de la Salvación: Ningún hombre tiene la autoridad para dañar a otro en el Nombre de Dios
Jueves 21 de agosto de 2014 a las 16:25 hrs.
Mis queridos hijos, cuando un hombre persigue a otro hombre y le causa sufrimiento, el Espíritu de Dios no puede permanecer en esa alma, porque es el maligno quien reside en su interior. Cuando un hombre persigue a otro, le cause daño, ya sea espiritual o físicamente y luego justifica sus acciones, diciendo que él está defendiendo la Palabra de Dios, sepan que este es el pecado más grande, ya que insulta la Divinidad de Dios.
Ningún hombre tiene la autoridad para dañar a otro hombre en el Nombre de Dios, ya que esto nunca sería tolerado o permitido, por mi Hijo, Jesucristo. A medida que aumentan las calamidades en el mundo, también cada acto malvado será tolerado/admitido por los culpables del terrible pecado contra Cristo. Ellos darán cualquier excusa para justificar sus malvadas acciones y ninguno de ellos escapará al castigo en el Plan de Redención de Dios. Arrojen el mal sobre otra alma y ese hombre tendrá que responder por sus pecados contra Dios, Su Creación y cada hijo Suyo.
En esta época de gran engaño, cuando es difícil para los pecadores discernir el bien del mal, es importante recordar las Palabras de mi Hijo, Jesucristo: El que esté sin pecado, que tire la primera piedra. La persona que cause terribles sufrimientos a los demás será juzgado de acuerdo a sus acciones.
Deben, en este momento, rezar/pedir por la humanidad y por las Gracias para discernir la diferencia entre los pecados, los que se llevan a cabo contra la humanidad, y los que se llevan a cabo contra Dios. El pecado es pecado, pero cuando las malas acciones se llevan a cabo en el Santo
Nombre de Dios, entonces graves consecuencias seguirán tras de sí. Así como el odio se propaga así también lo hará el Amor de Dios esparcido a través de las almas de los mansos y los humildes, porque ellos llevan la antorcha de la Salvación contra un entorno de oscuridad. Solo por la Gracia de Dios, el hombre puede ser rescatado del pecado y será a través de aquellas almas, que aman a Dios sin condición, que las almas que yerran (que se equivocan) puedan ser redimidas.
Tienen que rezar, rezar, rezar por los pecadores en todas partes porque la oscuridad los hace ciegos a la Verdad. Sin la Verdad, el mundo se sumiría en completa oscuridad. Recen/pidan para que ustedes, mis queridos hijos, puedan resistir la fealdad que el pecado trae a sus vidas. Recen por aquellos que persiguen a los hijos de Dios, para que puedan encontrar en su corazón el mostrar amor y compasión a los demás.
Pidan por la salvación de las almas y, especialmente por aquellas que han permitido al odio nublar sus corazones y que son las más necesitadas de la Misericordia de Dios.
Su Amada Madre
Madre de la Salvación