07 feb 2014 Yo nunca ignoraré a aquellos que están solos, tristes, aterrados o inseguros de si Dios existe o no

13.02.2014 09:59

Viernes 07 de febrero a las 23:38 hrs.

 

Mi queridísima bienamada hija, a medida que Mis Mensajes se esparcen y encienden la necesidad de alentar a muchos a volverse hacia Mí, muchos milagros serán presenciados.

 

Los no creyentes, aquellos de todo tipo de creencias, y aquellos que se han separado de Mí a causa de sus pecaminosas vidas, se convertirán. Eso, Yo te lo prometo. Al hombre cuyos ojos están cerrados, se le abrirán. Aquellos con odio en sus corazones llorarán lágrimas de alegría cuando el peso de sus sufrimientos sea alzado. El hombre que no me conozca en absoluto, me reconocerá. Muchísimos vendrán y me llamarán, y la Presencia del Espíritu Santo será notada por muchos, cuando por fin acepten que Yo he intervenido para salvarles de todo perjuicio.

 

Hija mía, por favor tranquiliza a todos aquellos que se sienten tristes por la forma en la que Mi Existencia en el mundo está siendo negada. Diles que, aunque cada rastro de Mí será doblegado, por la Gracia de Dios, Yo continuaré iluminando las almas de aquellos que me llamen. Yo nunca abandono a los Míos. Yo nunca ignoraré a aquellos que están solos, tristes, aterrados o inseguros de si Dios existe o no. Con simplemente mover su orgullo a un lado y pedirme un signo de Mi Presencia, Yo les contestaré. Nunca antes he intervenido en tan grande magnitud, como lo hago ahora. Es a causa de Mi Deseo de salvar a la humanidad entera, que traspasaré los corazones de aquellos que hasta ahora me habían negado, siempre y cuando ellos me llamen a Mí.

 

Yo espero vuestra respuesta. Yo os anticipo el amor y la alegría, con las cuales os llenaré vuestros corazones y almas, en el momento de la reconciliación, porque esa es la más dulce de las conversiones. Ese será el momento cuando desbloqueéis vuestras almas y permitáis a la Luz de Dios traeros el Mayor regalo que jamás podríais haber imaginado – el Regalo de la Vida Eterna.

 

Vuestro Jesus