05 ago 2013 Madre de la Salvación: Esta guerra, para mantener en alto la Palabra de Dios, significará que aquellos sacerdotes, que sí se mantengan fieles a Él, tendrán que buscar refugio

16.08.2013 00:46

 

Lunes 5 de agosto de 2013 a las 13:05 hrs.

Mis queridos hijos, este va a ser un tiempo de grandes pruebas en su fe. La Iglesia Católica será la Iglesia en la que la gran división comenzará. Será en esta Iglesia que los sacerdotes de mi Hijo sufrirán más, durante la gran apostasía, la que muy pronto, tendrán que padecer desde adentro.

Para aquellos de los sacerdotes fieles de mi Hijo, que serán desgarrados en dos por la indecisión, deben estar conscientes de la necesidad de permanecer en unión con el Cristo Misericordioso. No deben nunca sentirse tentados a abandonar Su Iglesia, al aceptar falsedades de aquellos de entre ustedes que han caído dentro del grave error. Deben reverenciar a mi Hijo a toda costa y guiar a Su pueblo por el camino a la santidad, sin importar cuán difícil sea esto para ustedes.

Aquellos de ustedes que continuarán llevando a cabo la Misa tradicional, van a ser atormentados hasta que estén de acuerdo en abandonarla completamente. Muchos dentro de sus congregaciones religiosas, los traicionarán a sus espaldas con el enemigo. Ustedes, al igual que mi Hijo antes, serán llevados ante los que claman ser sus compañeros y serán acusados de herejía, por insistir en continuar mostrando respeto por el Santísimo Sacrificio de la Misa.

Las nuevas palabras, que ascenderán a la más vil profanación del Cuerpo de mi Hijo, serán forzadas sobre aquellos siervos consagrados que se atrevan a objetar.

Será dentro de la Iglesia Católica que hermano combatirá al hermano, hermana contra hermana,  padre contra hijo, hijos contra padres, hasta que haya dos lados/partes.

Esta guerra, para mantener en alto la Palabra de Dios, significará que aquellos sacerdotes que permanezcan fieles a Él, tendrán que buscar refugio. Para hacer esto, deben comenzar a prepararse y a encontrar ciertos lugares donde les será posible ofrecer la Santa Misa y proveer los Sacramentos a los hijos de Dios.

Yo, la Madre de la Salvación, protegeré dichos refugios y por la colocación del Sello del Dios Vivo, dado al mundo por mi Padre, en las paredes interiores, permanecerán invisibles a los enemigos de Dios.

No tengan miedo de estas cosas, porque si se preparan bien, guiarán a los hijos de Dios a la salvación. Si ustedes no hacen caso a esta advertencia, serán  tomados cautivos en mente, cuerpo y alma, por los enemigos de mi Hijo y la salvación no será de ustedes.

Aquellos que realizan los mandatos del falso profeta necesitarán mucha oración, ya que algunos de ellos están ciegos a la Verdad. Otros, que sabrán la Verdad, pero que estarán de parte de aquellos que negarán la muerte de mi Hijo en la Cruz, son de temer. Ellos infligirán daño terrible sobre los inocentes seguidores de Cristo.

Al permanecer fieles a la Verdad, guiarán al Ejército Remanente de mi Hijo, para que se convierta en una fuerza formidable, contra el maligno y contra aquellos que él dirige en su lucha contra los verdaderos siervos de mi Hijo en la Tierra.

Ustedes, cuando llegue el momento, deben rehusarse a aceptar dirección de aquellos que profanarán la Palabra de Dios y que a través de sus mentiras y nuevas doctrinas obscenas, engañarán a muchos. Aquellos que acepten cualquier distorsión de la Misa o de los Santos Sacramentos, serán responsables ante mi Hijo. Pues se habrán convertido, involuntariamente, en servidores del maligno y muchas, muchas almas se perderán, porque serán atraídas dentro de rituales que rendirán homenaje a Satanás. Estos rituales honrarán al falso profeta y al anticristo, quienes son enemigos de Dios.

Oren, oren, oren para que la Verdad sea vista y las mentiras sean expuestas por lo que son -una afrenta a la agonizante Crucifixión de mi Hijo.

Su amada Madre

Madre de la Salvación